Y pasamos ya a montar el tiramisú, para lo que iremos colocando en el molde elegido una primera capa de bizcochos, mejor con la parte que tiene azúcar hacia abajo. Cuando tengamos el molde totalmente cubierto, echamos un poco de café por encima de los bizcochos, para humedecerlos, pero sin que lleguen a empapar, para que la base del tiramisú tenga consistencia. Encima echamos la mitad de la crema que teníamos preparada, extendiéndola bien. Sobre la crema colocamos otra capa de bizcochos, pero esta vez queremos que estén bien empapados en café, para que queden blanditos. Y encima echamos el esto de la crema bien extendida. Para acabar, espolvoreamos por encima una capa de cacao en polvo, que cubra bien el tiramisú, y metemos en la nevera hasta el día siguiente, o al menos unas 12-14 horas, para que se cuaje bien y quede perfecto. Y a disfrutar de este exquisito tiramisú.